El fin de la era del Dirigible

Si acaso nunca la habías visto esta fotografía o si no conoces su historia, apuesto que el título de mi artículo no te sorprenderá. La fotografía se narra a sí misma y con solo verla uno puede imaginarse la magnitud del desastre que desenlazo el fin de la industria de los dirigibles. ¿Así que aquí termina mi articulo?  Pues no, lo que quiero compartir en esta ocasión es la verdadera razón por la que esta fotografía termino con una industria que se pensaba era el futuro de el trasporte transatlántico.

La fotografía tomada por Sam Shere muestra al D-LZ 129 Hindenburg mientras se desploma envuelto por una bola de fuego mientras intentaba acoplarse a su mástil de amarre. El desastre ocurrió el 6 de Mayo de 1937 en Manchester Township, New Jersey. Hasta ese día fue la máquina voladora más larga de su clase y la aeronave más grande por volumen que jamás haya existido.

En ese entonces la industria de los aviones estaba lejos de ser lo que hoy cocemos. Los viajes transatlánticos que se habían hecho en avión eran más proezas que una industria que transportara personas. Los dirigibles prometían ser el futuro de los viajes alrededor del globo y el Hindenburg era el orgullo de la flota alemana que empalidecía a las contrapartes de otras naciones. Los viajeros de hoy apenas podemos pedir una comida decente o un asiento cómodo durante las largas horas en las que nos embarcamos en los pájaros de acero. En cambio, el Hindenburg surcaba el Atlantico en una época ya olvidada, en la que se podía disfrutar de una cabina privada en los cielos, con servicio de comedor completo e incluso salas para poder leer y disfrutar horas de tertulia al lado de tus compañeros de viaje. Las contiendas codo a codo para ganar el derecho al descansabrazo no existían. Era lo que todos querían de su viaje por el mundo, llevar consigo un poco de las comodidades a las que estaban acostumbrados sus pasajeros. Era el Titanic de los cielos y vivir la experiencia de viajar en el era un sueño hecho realidad.

 

Fotografía en color del comedor a bordo del Hindenburg.

 

Tantas promesas desaparecieron de la noche a la mañana, y lo interesante de esta historia es que el desastre del Hindenburg no fue el primero de esta naturaleza, ni siquiera fue el que cobró más vidas en la historia de los dirigibles. Ya habían ocurrido varias fatalidades que se llevaron consigo más vidas y el prestigio de los dirigibles americanos y franceses. Los alemanes en cambio tenían un récord impecable y el régimen Nazi se pavoneaba de su éxito. Entonces, ¿qué fue lo que termino con la industria del dirigible? La respuesta es, la fotografía. La fama del Hindenburg atraía multitudes a su llegada y tuvo el infortunio de ser fotografiado mientras ocurría el desastre que acabó con él. Una vez que la fotografía se publicó en los periódicos dejó atónitos a los lectores y causó terror en ambos lados del hemisferio. Nunca se había visto algo así. Una catástrofe fotografiada en el momento mismo que estaba ocurriendo. Tal fue el impacto que tuvo esta imagen que no hubo ni un solo vuelo de dirigibles de pasajeros pasado ese día. Incluso los hermanos del Hindenburg que estaban siendo terminados nunca transportaron pasajeros y fueron desmantelados.

 Esta es otra historia de cómo las fotografías tienen el poder de cambiarlo todo. Las historias de las catástrofes no son más que ideas en nuestra mente hasta que lo vemos plasmado en una imagen que nunca olvidaremos. Otro dato sobre esta fotografía es que la perspectiva con la que fue tomada es engañosa. Muchos pudieran pensar que el dirigible explotó tras chocar con el mástil, pero esto no fue así. En la fotografía se puede observar que la aeronave aún está alejada y estalló cuando aún se encontraba a 60 metros sobre el suelo. También es la portada del primer álbum de una de las mejores bandas británicas que puedas escuchar.

Julio Zabre

Mi principal ímpetu en mi vida es las ganas de ser mejor cada día. Me gusta ser servicial y me da mucha satisfacción ayudar a los necesitados. Pienso que hay que vivir con intensidad y darse la libertad de tomar todas las oportunidades que la vida tiene para nosotros, “No hay peor batalla que la que no se pelea”. Soy de criterio amplio y me gusta conversar de cualquier tema. No soy una persona de gustos comunes pero sé que soy una persona equilibrada.

La fotografía en si pasión que he convertido en mi profesión. Mis pasatiempos son los documentales, el cine e investigar datos curiosos. Me gusta correr y hacer ejercicio regularmente. Pasar tiempo con mi familia y amigos es lo que mas aprecio en la vida. 

Sé que me siento pleno en compañía de alguien que sepa sacar todo lo bueno que hay en mí y de ella misma, “Al lado de cada gran hombre hay una gran mujer” y gracias a Dios he encontrado a esa persona.

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